"La radio en los tiempos..." (2)
A crise (e o poder) da palavra
La palabra sufre hoy de una crisis que encuentra en los medios su manifestación más plena. Es cierto que vivimos tiempos de incertidumbre, pero de ahí a que autores como Wurhan concluyan que de tanto recibir noticias y hechos transmitidos por los medios conocemos menos y sabemos aun menos en torno a cómo actuar ante estas situaciones, ya es un caso grave
La crisis no está en el adjetivo sino en el sujeto, es el periodista (sea analógico o digital, si vale la clasificación) el que debería redescubrirnos y maravillarnos con un mejor uso de la palabra y una articulación más creativa en torno a las posibilidades que brindan hoy las nuevas maravillas tecnológicas. Necesitamos más que periodistas, exegetas de los tiempos que vivimos y que vendrán y contadores de historias que no reduzcan el verbo ni al insulto soez que degrada y mucho menos al rumor malediciente que divide.
Revisar el uso de la palabra para ver cómo atraer audiencia y mantenerla a través de programas que realmente sean atractivos y que permitan entender el mundo que vivimos y por sobre todo revalorizar a su paso la palabra como el elemento fundacional de todo medio de comunicación.
( ) hace falta redescubrir la palabra en su fase creadora, lúdica y, por sobre todo, cercana y auténtica, no exenta de inconformismo ni de crítica.
La palabra sufre hoy de una crisis que encuentra en los medios su manifestación más plena. Es cierto que vivimos tiempos de incertidumbre, pero de ahí a que autores como Wurhan concluyan que de tanto recibir noticias y hechos transmitidos por los medios conocemos menos y sabemos aun menos en torno a cómo actuar ante estas situaciones, ya es un caso grave
La crisis no está en el adjetivo sino en el sujeto, es el periodista (sea analógico o digital, si vale la clasificación) el que debería redescubrirnos y maravillarnos con un mejor uso de la palabra y una articulación más creativa en torno a las posibilidades que brindan hoy las nuevas maravillas tecnológicas. Necesitamos más que periodistas, exegetas de los tiempos que vivimos y que vendrán y contadores de historias que no reduzcan el verbo ni al insulto soez que degrada y mucho menos al rumor malediciente que divide.
Revisar el uso de la palabra para ver cómo atraer audiencia y mantenerla a través de programas que realmente sean atractivos y que permitan entender el mundo que vivimos y por sobre todo revalorizar a su paso la palabra como el elemento fundacional de todo medio de comunicación.
( ) hace falta redescubrir la palabra en su fase creadora, lúdica y, por sobre todo, cercana y auténtica, no exenta de inconformismo ni de crítica.
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